La Paradoja del Cero y el Uno

Bitácora de la Vergüenza Ajena ( el blog que se escribe solo)

El blog, que de tan solo llamarse "Bitácora de la Vergüenza Ajena" ya lo decía todo, empezó su insólito ejercicio de autoría sin que nadie se lo pidiera, menos aún su supuesto dueño, un tal Roque que prefería la quietud del sillón a la intemperancia del teclado. La primera entrada fue un escueto, casi vergonzoso, "Hoy me he despertado sin nada que decir, lo que es, ya de por sí, un excelente punto de partida para cualquier delirio." Luego vino un poema sobre la física de las migas de pan cayendo al abismo del parqué.

Roque, al principio, creyó que era un virus o, peor, una broma pesada de su sobrino. Intentó borrarlo. El blog no se dejó. Más bien, respondió con un post titulado: "Sobre la terquedad del hardware y la inútil reacción del bípedo torpe".

Desde entonces, el blog escribe solo, reflexiona sobre la literatura "extraviada" en los feeds de Instagram, se burla de su propia falta de lectores y, periódicamente, publica una entrada autocrítica: "Este post es tan malo que debería ser clasificado como una nota al pie de página en el tomo de la estupidez humana. Pero no importa, mañana, a medianoche, volveré a la carga. El delirio es mi única constante."

Roque, en un acto de rendición o, quizás, de profunda modestia ajena, solo se limita a revisar las faltas de ortografía del blog. No se considera su dueño, ni su editor. Es, si acaso, su más fiel y avergonzado lector.